Parece que en cada reunión de marketing hay alguien que menciona la IA con el mismo tono con el que antes decían “blockchain” o “metaverso”. La diferencia es que esta vez sí es real, sí es útil, y sí puede joderte la estrategia si no sabes usarla. Así que vamos a hablar de lo que realmente está pasando con la IA en el mundo SEO, con datos frescos del Estudio 2025 sobre el futuro del SEO con IA hecho por HubSpot y WeAreContent, con la claridad necesaria para pasar el trago de ver a algunos seguir haciendo SEO como si fuera 2010.
Esto no es una guía para “escribir prompts increíbles”. Esto es una radiografía crítica y útil de cómo la IA está impactando el SEO real, ese que hacemos los que nos ganamos la vida midiendo, testeando y volviendo a empezar.
Lo que realmente están haciendo las empresas con IA
Gráfica de uso de IA en contenido vs tareas técnicas. Fuente: Hubspot
Sí, la mayoría de las empresas dicen usar IA. Y sí, el 91,2 % usa ChatGPT. Pero no te emociones: lo usan para lo que duele menos. Lo operativo. Lo rutinario. Lo que puedes automatizar sin que nadie se dé cuenta… hasta que el contenido suene como manual de Ikea traducido al vietnamita.
Según el estudio, más del 55 % la usa para:
Generar contenido (títulos, artículos, descripciones… y uno que otro “blog de experto” en 3 clics).
Automatizar reportes (sí, esos PDFs llenos de datos que nadie lee pero todos quieren tener).
Detectar tendencias (cuando se acuerdan de que existe Perplexity).
Pero menos del 30 % la aplica a:
Auditorías técnicas.
Mejora de velocidad web.
Optimización de estructura o datos.
Es decir: IA sí, pero que no implique abrir Screaming Frog.
Y acá entra el primer sesgo cognitivo del día: el sesgo del mínimo esfuerzo (también llamado “la pereza con branding”). Usamos IA para lo que nos ahorra tiempo, pero evitamos usarla donde se necesita pensar, planificar, integrar con otros sistemas. O sea, lo útil.
El verdadero obstáculo no es técnico: es mental
Gráfica de retos en la adopción de IA. Fuente: Hubspot
Este es el punto donde el estudio brilla sin querer: el 69 % de los encuestados reconoce que su equipo no tiene la formación necesaria para integrar IA de forma estratégica. Eso, en español, significa que están “probando cositas” sin una idea clara del para qué.
Esto no es culpa de la IA. Es culpa de cómo se toman decisiones digitales: por moda, por presión, por FOMO. Y acá entran tres sesgos brutales:
Efecto de verdad ilusoria: si todos dicen que la IA lo va a cambiar todo, debe ser verdad.
Sesgo de confirmación: solo escuchamos a quienes dicen que “la IA me ahorró el 70 % del trabajo”.
Efecto Dunning-Kruger: creemos que entendemos cómo funciona la IA porque hicimos un curso de 3 horas en Domestika.
Y así estamos: escribiendo contenido automatizado para keywords long tail, pero sin estrategia de contenidos, sin clustering temático, sin validación de intención. Un desastre predecible.
Herramientas más usadas (y otras que nadie pela)
Gráfica de herramientas IA más usadas. Fuente: Hubspot
Las favoritas del club SEO+IA:
ChatGPT (91.2 %): El líder indiscutible. Es como el nuevo Excel, pero con menos hojas y más promesas.
Gemini (73.5 %): Google tratando de no quedarse fuera del juego.
Copilot (65 %): Microsoft diciendo “yo también juego”.
Claude (33.2 %) y Perplexity (37.6 %): para los que ya se aburrieron de ChatGPT y quieren parecer más alternativos.
Las otras herramientas, tipo Reply.io, Jasper, Consensus AI… están más solas que un enlace huérfano.
Y esto también dice algo: seguimos dependiendo de las 3 grandes corporaciones que controlan todo el ecosistema digital. ¿Te suena familiar?
¿Y funciona?
Gráfica de “superpoderes” que la IA da al SEO. Fuente: Hubspot
Depende.
Según el estudio, quienes han integrado bien la IA logran:
Producir el doble de contenido en la mitad del tiempo.
Ahorrar hasta un 30 % del tiempo en investigación de keywords.
Personalizar contenido según el perfil de usuario.
Mejorar el posicionamiento orgánico sin aumentar el gasto en Ads.
Pero también reconocen que el contenido generado por IA aún no logra conectar del todo con la intención real del usuario.
Y ahí está el meollo del asunto: no se trata de hacer más contenido, sino de hacer mejor contenido. Más relevante. Más accionable. Más humano. O como dice el viejo E-E-A-T: con experiencia, expertise, autoridad y confianza.
Y no, ChatGPT no tiene experiencia. Ni autoridad. Ni confianza. Solo buenos patrones estadísticos.
El impacto de la IA en el rol del SEO (Te lo digo: nos toca pensar más)
A ver, sí: muchas tareas operativas se están automatizando. Pero eso no significa que los SEOs vayan a desaparecer. Al contrario. Lo que desaparece es el SEO copy-paste, el SEO zombie, el SEO de checklist.
Lo que viene es el SEO como arquitectura estratégica de contenido, donde:
Ya no escribes para “aparecer”, sino para ser citado en las respuestas de IA conversacionales.
Entonces, el SEO muta. Y eso es bueno. El que entienda esto no va a perder su trabajo. Lo va a multiplicar. Porque mientras algunos siguen luchando por aparecer en Google con contenido genérico, otros se enfocan en dominar las conversaciones donde realmente se decide la visibilidad futura.
IA sin integración = juguete caro
Gráfica de prioridades para integrar IA. Fuente: Hubspot
¿Sabías que el 47,8 % de los encuestados dice que la IA no se integra bien con sus herramientas actuales? ¿Y que la mayoría no tiene ni estrategia ni métricas claras para medir su impacto?
Eso es como comprar una Thermomix y usarla solo para calentar sopa.
Las empresas que sí le sacan jugo a la IA hacen tres cosas:
Integran la IA con sus sistemas de contenido y analítica. No es solo abrir ChatGPT en otra pestaña.
Capacitan a sus equipos en prompts, pensamiento crítico y validación semántica.
Tienen una estrategia clara de contenidos, y la IA simplemente acelera su ejecución.
Lo demás es fantasía. Y es donde vive el sesgo de novedad: creemos que algo es útil solo porque es nuevo. Y si encima lo venden con diseño de SaaS moderno, ni se cuestiona.
Personalización, sí. Automatización ciega, no.
El estudio lo dice claro: el contenido hiperpersonalizado gracias a IA es una de las grandes promesas (página 29). Ajustar tono, estructura, ejemplos y hasta profundidad según el tipo de usuario.
Pero también dice otra cosa (y nadie lo pone en negritas): el contenido generado automáticamente aún no logra responder bien a la intención de búsqueda ni a la emocionalidad del lector.
¿Por qué? Porque sigue faltando:
Contexto.
Jerarquía de ideas.
Humor, ironía, disrupción.
Intención real del negocio detrás del contenido.
Y esas cosas no las da la IA. Las das tú. Con tu experiencia. Con tu análisis. Con tu puñetera empatía SEO.
Los sesgos cognitivos que están saboteando tu estrategia con IA
¿Pensaste que no íbamos a hablar de sesgos? Por favor. Esto es El Placer del SEO. Acá se desenmascaran narrativas, no se aplauden sin pensar.
Sesgos más comunes en la adopción de IA para SEO:
Efecto de verdad ilusoria: “Google penaliza el contenido con IA.” FALSO. Google penaliza la basura, venga de quien venga.
Sesgo de anclaje: “Yo siempre lo hice así y funcionó.” Enhorabuena, pero eso era antes de SGE.
Sesgo de confirmación: Solo lees casos de éxito con IA. Ignoras los fails monumentales.
Sesgo del presente: Priorizas lo que te da resultados hoy, sin pensar en cómo afectará tu visibilidad en 6 meses.
Sesgo de supervivencia: Solo analizas los casos que salieron bien, sin considerar los que no están en la foto porque fracasaron sin dejar rastro.
El problema no es la IA. Es que no tienes estrategia.
Seamos honestos: si tu contenido actual ya es genérico, mediocre y prescindible… no necesitas una IA. Necesitas un retiro espiritual de estrategia SEO.
Y esto va más allá de tecnología. Va de pensamiento estructurado. Porque lo que reveló el estudio (y lo que vemos en la práctica) es que la mayoría de las empresas están usando la IA para producir más de lo mismo. Más artículos de 800 palabras que nadie pidió. Más guías “definitivas” sin profundidad. Más fichas de producto sin diferenciación.
Y si estás pensando: “Bueno, pero al menos posicionamos algo”, déjame decirte algo incómodo: Ese “algo” no va a durar.
Porque cuando:
No tienes una UVP clara.
No trabajas intención de búsqueda ni arquitectura de temas.
No tienes mapa de buyer personae.
No sabes cuál es tu core topical authority.
Y tu estrategia de contenido se limita a copiar lo que ya posiciona…
…entonces tu contenido, con IA o sin IA, está condenado a desaparecer en la nueva era de los motores de búsqueda generativos.
“Pero Eric, la IA me ayuda a producir más rápido”
Sí. Y una ametralladora también dispara más rápido que un tirachinas. Pero si estás apuntando al lugar equivocado, solo estás haciendo el ridículo más eficientemente.
La IA te puede dar velocidad. Pero si no tienes dirección, solo llegarás al desastre más rápido.
Lo que deberías estar haciendo (con o sin IA)
Diagnóstico profundo de tu ecosistema de contenidos. ¿Tienes una taxonomía clara? ¿Arquitectura de temas? ¿Clústers semánticos relevantes? ¿O estás repitiendo “qué es + keyword” en 20 URLs?
Mapa completo de intenciones de búsqueda. Si no sabes qué quiere resolver el usuario (no solo qué pregunta hace), la IA no te va a ayudar. Solo vas a rellenar espacio.
Documentos de pauta y tono adaptados a cada etapa del funnel. Esto no lo hace ningún LLM. Esto lo haces tú. Y luego usas la IA para escalarlo.
Prompts específicos diseñados para tu contexto de negocio. No, “escribe un artículo SEO optimizado de 800 palabras” no es un prompt. Es un SEOcidio lento.
Proceso editorial híbrido humano + IA. Donde defines estrategia, validas calidad, y solo automatizas lo que puede escalar sin sacrificar valor.
El nuevo mantra: pensar más, producir mejor, escalar con cabeza
No se trata de pelear con la IA. Se trata de ponerla a trabajar para tu estrategia, no de entregarle tu estrategia.
Y si eso te parece mucho esfuerzo… bueno, siempre puedes seguir generando contenido con IA para keywords sin intención, sin objetivo y sin tráfico.
