El arte de no decir SEO haciendo SEO

En 2025, evitar decir SEO parece más importante que hacerlo bien. Así nace la nueva familia de acrónimos que prometen hacer lo mismo… pero con un nombre más cool.

OXO, SEV, AEO, LLMO, ASO, AIO, GEO…
Parece una sopa de letras servida por un consultor más preocupado por el branding que por el posicionamiento.

Pero ¿realmente estamos ante nuevas disciplinas? ¿O es simplemente el mismo SEO disfrazado de innovación?

OXO: Organic eXperience Optimization

Una reinterpretación con pretensiones gourmet. OXO es lo que pasa cuando el SEO y el UX tienen un hijo y lo inscriben en un colegio Montessori.

Promete optimizar la experiencia del usuario en resultados orgánicos. Es decir: contenido útil, navegación coherente, intención de búsqueda bien resuelta.

Ejemplo real:
Una ficha de producto que aclara dudas concretas como: ‘¿Esto me queda?’, ‘¿Cuándo llega?’, ‘¿Por qué elegir esta y no otra?’ y que aparece en Google con rich snippets, imágenes y FAQs.
Eso no es magia UX. Es una página SEO optimizada para intención y experiencia, sin que nadie le haya puesto una etiqueta pretenciosa.

Es SEO respondiendo a la intención. Aunque hoy le digan OXO.

SEV: Search Engine Visibility

El SEV busca desmarcarse de la palabra “optimization” (que suena a trucos de nerds) y prefiere hablar de “visibilidad”. Pero no nos engañemos: la visibilidad sigue siendo el resultado de una optimización bien hecha.

¿El truco? Cambiar el verbo para parecer menos invasivo. Es como decir que no haces ejercicio, sino “movimiento consciente”. Ok, pero igual estás sudando.

Ejemplo real:
Una agencia de turismo que empieza a aparecer en los top 3 de búsquedas como “mejor época para ir a Oaxaca” después de optimizar títulos, mejorar su interlinking y trabajar contenido evergreen.
¿Eso fue “visibilidad”? Sí. Pero no vino sola. Vino porque se hizo SEO técnico, editorial y estratégico.

AEO: Answer Engine Optimization

El acrónimo AEO se puso de moda cuando Google empezó a responder preguntas sin que tuvieras que hacer clic en nada. Snippets, knowledge panels, resultados enriquecidos… y ahora, AI Overviews.

AEO se enfoca en que tu contenido responda bien, más que en que posicione bien.

Ejemplo real:
Buscas “cómo solicitar factura en Amazon” y aparece un fragmento de texto que responde directamente el proceso paso a paso. ¿Quién ganó esa posición cero?
Una página con contenido claro, encabezados bien jerarquizados y microformatos correctamente implementados.

Eso no es otra cosa que SEO al punto. AEO solo le pone moño.

LLMO: LLM Optimization

La joya de 2025. Optimizar para modelos de lenguaje. O sea: para que ChatGPT, Gemini o Claude entiendan tu contenido y lo recomienden, lo usen como fuente o lo incluyan en respuestas.

Ejemplo real:
Preguntas en Perplexity: “¿qué es el SXO en marketing digital?”
Y aparece una respuesta generada que cita un blog específico con autoridad, buena semántica y cobertura del tema en profundidad. Ese blog no se “optimizó para LLMs”. Solo hizo contenido con estructura, claridad conceptual y contexto.

Eso se llama SEO semántico con estándares editoriales altos. El LLMO es solo una forma de decirlo sin que suene a “vieja escuela”.

ASO: AI Search Optimization

Este es el que más repite el truco: cambiar “engine” por “AI” y parecer futurista.
ASO o simplemente “optimización para búsqueda con IA” no es más que un acrónimo que reconoce que el motor de búsqueda ya no es un algoritmo lineal, sino un modelo generativo que predice intenciones, reformula consultas y resume resultados.

Ejemplo real:
Buscas en Google “mejores laptops para diseño gráfico” y lo que obtienes es una AI Overview con un resumen comparativo, links relevantes y menciones específicas de modelos.
¿Quién aparece? Sitios con listas actualizadas, contenido estructurado con schema, y encabezados que resuelven intenciones secundarias.

Eso no es ASO. Eso es SEO con semántica y arquitectura pensadas para lo que Google hace hoy.

AIO: AI Overview Optimization

Este se inventó en 2024, cuando Google empezó a mostrar sus AI Overviews y muchos SEOs entraron en pánico.

AIO dice: “olvida el ranking, enfócate en influir en la respuesta”.
Lo que no te dice es que para lograr eso necesitas hacer exactamente lo mismo que hacías para rankear: contenido útil, bien estructurado y confiable.

Ejemplo real:
Publicas una guía que responde “cómo calcular el CAC de una startup”, con encabezados, fórmulas, ejemplos y contexto.
Unos meses después, la IA de Google te cita dentro del overview como fuente confiable.

¿Hiciste AIO? No. Hiciste SEO como se debe. Solo que ahora el resultado no es un clic… es una cita sin clic en una respuesta que no controlas.

GEO: Generative Engine Optimization

La última sigla en llegar. GEO suena como el primo intelectual del SEO.
Pero debajo de su chaqueta con coderas, es simplemente la optimización para motores generativos.

Ejemplo real:
Subes una comparativa de “Nestlé vs Hershey’s en estrategia digital” con análisis profundo, citas y estructura.
Gemini lo cita al responder “comparación de marcas de chocolate en posicionamiento digital”.
¿Eso fue optimizado para motores generativos? No.
Fue contenido bien pensado, redactado y organizado. SEO editorial con cerebro.

GEO suena bien en presentaciones. Pero si haces buen SEO, ya estás haciendo GEO sin saberlo.

En fin…

Cambiarle el nombre al SEO no lo reinventa. Solo lo disfraza.

Todos estos acrónimos (OXO, SEV, AEO, LLMO, ASO, AIO, GEO) son intentos de responder a una sola verdad incómoda:
el SEO no murió, pero su epitafio genera más clics que su trabajo diario.

Entonces lo maquillamos. Le cambiamos el nombre. Le ponemos IA, experiencia, visibilidad, respuestas, lo que sea.

Pero al final del día, todos estos términos describen lo mismo:
el arte de conectar contenido con intención a través de un sistema que no depende de ti.

Llámalo como quieras. Pero si mejoras tu contenido, tu estructura, tu autoridad y tu visibilidad orgánica, entonces no lo dudes:
sigue siendo SEO.