Imagina esto: pasas semanas eligiendo el nombre perfecto para tu empresa. Lo consultas con tu equipo, haces encuestas, y hasta le pides su opinión a tu abuelita. Al final, eliges algo “único”, registras el dominio, lanzas tu web… y ¡boom!, esperas que Google haga su magia y te coloque como número uno. Pero, sorpresa, eso no pasa. Aunque, curiosamente, si te llamas Octopus, parece que las cosas son diferentes.
Octopus, la agencia SEO, está número uno en Google con la palabra “octopus”. Sí, por encima del animal que lleva millones de años existiendo. No sé tú, pero parece que aquí el algoritmo decidió que el SEO le gana a la biología.
![octopus agencia seo número 1 en google](https://elplacerdelseo.com/wp-content/uploads/2024/12/octopus-agencia-seo-numero-1-en-google-1024x723.png)
Es un mundo competitivo (pero el nombre no lo es todo)
John Mueller de Google lo dijo mejor: “solo porque llames a tu empresa de una manera, no significa que aparecerás automáticamente en la cima de las búsquedas”. Sin embargo, parece que Octopus se saltó esa regla no escrita. En un mercado lleno de pulpos (literalmente), esta agencia digital logró que Google pensara que hablar de SEO era más relevante que hablar del animal de ocho patas.
Esto no es algo que pase por casualidad. No, señor. Esto es fruto de una estrategia sólida, no solo de haber elegido un nombre que comparte espacio con un género completo de cefalópodos. Si estás pensando que tu empresa “Juanito el mejor consultor” tendrá la misma suerte, más vale que tengas un plan que vaya más allá del branding.
Estar número uno no significa responder a la intención de búsqueda
Aquí viene lo interesante: estar en el primer lugar con una palabra genérica como “octopus” no significa que estés respondiendo a la intención de búsqueda del usuario. Seamos honestos, si alguien busca “octopus”, probablemente está esperando información sobre el animal, su biología, o incluso recetas (lo siento, pulpos). No está buscando una agencia digital.
Entonces, ¿por qué Octopus hizo esto? Simple: para demostrar que puede. Es como una declaración de poderío SEO, un “mira de lo que somos capaces” en el mundo del posicionamiento. Esto no es un accidente ni un golpe de suerte, sino el resultado de una estrategia planificada y ejecutada a la perfección. Pero que quede claro: no están aquí para que busques cómo cocer un pulpo a la gallega. Esto es una demostración de que cuando controlas las reglas del juego, puedes hacer que Google haga lo que quieras (o casi).
Google no lee mentes (ni le importa tu ego)
Creer que Google sabe quién eres solo porque compraste un dominio increíble es, francamente, adorable. Pero el SEO no funciona así. Google necesita señales claras: contenido relevante, backlinks de calidad, y un sitio que realmente le ofrezca algo útil al usuario.
En el caso de Octopus, claramente se ha trabajado en todo eso. No es solo el nombre, es el ecosistema completo. Ahora bien, si tu estrategia es simplemente repetir el nombre de tu marca 300 veces en cada página, permíteme ahorrarte el tiempo: no va a funcionar.
El Keyword Rich Domains: lo que funcionó en 2004 ya no aplica
Hace años, tener un dominio cargado de palabras clave te aseguraba un buen lugar en los resultados de búsqueda. Pero hoy en día, Google está mucho más interesado en la intención del usuario que en cuánto coincide tu dominio con la búsqueda.
Sin embargo, ver a Octopus en el primer lugar demuestra que un dominio genérico puede funcionar… si lo respaldas con una estrategia bien ejecutada. Así que no, cambiar tu dominio a algo como “lasmejoresbodas.com” no es suficiente. Necesitas contenido que respalde esa afirmación.
Google no es tu mamá
Google no te va a tratar como especial solo porque tú crees que lo eres. Pero, como en el caso de Octopus, si haces las cosas bien, puedes incluso ganarle a una palabra clave genérica y altamente competitiva como “octopus”. Si eso no es un testimonio del poder del SEO, no sé qué lo sea.
Así que, ¿la lección aquí? No te preocupes solo por el nombre. Trabaja en tu estrategia, sé consistente, y recuerda que Google premia el esfuerzo, no los egos inflados.