Deja de publicar pésimos artículos pseudo SEO en tu blog

Para demasiadas empresas todavía, el blog es un lugar práctico para pegar pésimos artículos pseudo “optimizados” para SEO. 🤦

👉 ¿Pero realmente estamos obligados a convertir nuestro blog en un tapete?

¿Estamos condenados a producir artículos para “SEO” en cadena sin ningún valor añadido para tu audiencia?

Por supuesto que no, y en 2022, sería un gran momento de salir de este modelo estajanovista.

En primer lugar, el SEO se puede hacer en otra parte de tu sitio con resultados igual de interesantes (a través de landings pages dedicadas, una o varias FAQ, en tutoriales, en fichas de productos, etc. sí, hay que pensar, es cierto que no es fácil).

En resumen, adopta una arquitectura editorial específica para tu empresa y tu actividad.

En cuanto al blog, puede reservarse para una verdadera estrategia de marketing de contenidos, con tres tipos principales de contenido:

  1. Contenido de expertise para establecer tus habilidades con tu audiencia, con estudios de casos por ejemplo.
  2. Contenido promocional para presentarse (de forma ingeniosa), por ejemplo con noticias frescas y simpáticas, testimonios de clientes recientes, etc.
  3. Contenido entre bastidores para revelar tu persona, porque tus consumidores aprecian la transparencia y la proximidad: retratos de empleados, explicación de cómo trabajan…

Por supuesto, esto requiere un poco más de esfuerzo que los artículos de adquisición, pero teniendo en cuenta los desafíos del mercado que te esperan hoy en día, POSIBLEMENTE puede valer la pena el costo.

Un contenido mal enmarcado suele significar una disonancia editorial

Pero vayamos más allá: ¿sabes lo que es la disonancia editorial?

Es cuando el contenido que produces (muchas veces de forma aleatoria) NO es para nada coherente con tu imagen de marca 👀

En el 99,87% de los casos (es un estudio del cajero del Oxxo), esto se debe a la ausencia total de un marco editorial. Básicamente, hacemos contenidos porque “están de moda”, pero nada está estructurado, nadie gestiona nada, es una anarquía total.

👉 Ilustración mediante un ejemplo (real, sí sí):

A Juan Pablo, un redactor, se le pide que prepare una serie de artículos sobre un producto. Juan Pablo pide un documento de referencia, una guía editorial, o al menos un TIP para informarse sobre el tono, la redacción y el estilo, pero obviamente la empresa no tiene NADA.

Así que se las arregla como puede, se inspira en las páginas “Acerca de”, ve que las nociones de “transparencia” y “honestidad” destacan mucho. Así que pensó que era un buen ángulo de ataque.

Presenta sus artículos, y entonces llega el director general (por qué, nunca lo sabremos) y grita: “No, pero eso está podrido, no encaja en absoluto con nuestra visión”.

[PANTALLA AZUL / ERROR 500]

En estos casos, sólo hay una cosa que hacer: decir “adiós” y volver a trabajar en Burger King.

Deja de delegar tus contenidos a tus becarios

¿Cuántas empresas siguen delegando la parte redaccional a los becarios, sin mucha formación ni instrucciones?

Demasiado (fuente: mi vecino).

Como si el acto de escribir fuera un mal necesario sobre el que no merece la pena reflexionar demasiado; escribir por escribir, sin ningún objetivo ni seguimiento, de forma desordenada, y lo peor… en cantidades… tal vez para amueblar un poco el SEO…

… Luego tener 0 resultados, y pensar que el marketing de contenidos, es toda una mentira 😌

Pues no, queridos compañeros: el marketing de contenidos debe ser parte de una estrategia, no como una muleta o la quinta rueda de tu negocio.

Más aún hoy en día con el nuevo algoritmo de Google “Helpful Content Update” diseñado para destacar el contenido de alta calidad. Pero seamos serios, no es el fin del mundo.

Usa la poda de tu contenido para mantenerlo vivo en el tiempo

Spoiler: la vida de tu contenido no se detiene en “publicar” 🙃

Tendemos a pensar que una vez que un contenido se ha publicado, vivirá una vida tranquila, sin necesidad de tocarlo más.

Esto es un grave error: el contenido debe estar vivo, de lo contrario probablemente será inútil.

La poda de contenido editorial (lo expliqué en un SEOday) es una forma muy práctica de convertir tus pequeños contenidos en Highlanders inmortales, o casi.

Consiste en fragmentar un contenido en otros múltiples, en diferentes formatos y repartidos en varios canales, para capitalizar la cantidad de tiempo (y/o dinero) dedicado a su creación.

Los más perspicaces se habrán dado cuenta de que el reciclaje NO es difusión (que es promocionar algo y comunicar sobre ello).

Y, francamente, no cuesta necesariamente mucho reciclar tu contenido: vídeo o podcast, bueno, sí, se necesita tiempo y unos cuantos centavos.

Pero la gran mayoría de las empresas tienen al menos unas cuentas en redes sociales: es fácil preparar una batería de posts que cubran diferentes ideas desarrolladas en un libro blanco, por ejemplo.

En resumen, deja de ser perezoso, tu contenido cuenta contigo.

¿Los artículos de tu blog son leídos?

Aouch, eso si duele ¿no? Es una pregunta que pica.

De hecho, me encanta hacer esta pregunta a los prospectos, y la respuesta es invariable:

Un gran silencio absoluto a lo O.K. Corral, seguido de un balbuceo incomprensible, y luego un “Uh, no sé, si vemos Google Analytics este artículo tuvo 230 vistas el año pasado, por ejemplo, así que bla, bla, bla“.

Está bien, tu artículo “12 razones para adoptar una alpaca en casa” es un éxito, pero eso no significa que se lea el artículo.

Porque audiencia ≠ lectura. Puedes SUPONER que tu contenido es “consumido” (qué palabra más fea), pero nada lo demuestra. A partir de ahí, cuando seguimos excavando en el tema de la conducción del rendimiento editorial, en 16 de cada 10 casos, es el vacio absoluto.

Aparte de los correos electrónicos recuperados con su pequeño imán de clientes potenciales, no se mide absolutamente NADA en la parte editorial. El contenido se crea dependiendo de la dirección del viento, al narizometro, sin ningún tipo de control, sin ningún tipo de análisis, excepto el viejo “nuestro tráfico orgánico está creciendo, debe estar funcionando”.

En pocas palabras, una masacre, y todo el mundo está feliz, o finge estarlo.

¿Cómo iniciar una estrategia de contenidos desde cero?

En los hechos, el problema de la medición del rendimiento editorial está íntimamente ligado a la ausencia de una estrategia de contenidos. Esto no es nada obvio para las empresas, teniendo en cuenta las frases que escuchamos de los clientes:

Nos gustaría iniciar una estrategia de contenidos, pero no sabemos muy bien por dónde empezar.

O :

¡Pero si ya estamos haciendo contenidos para el SEO!

O de nuevo:

No es la prioridad en este momento, pero tendríamos que empezar a hacerlo, sí, un día, tal vez…

Ahí tienes las 3 frases que más escuchamos. ¿El denominador común? Nadie sabe realmente qué es una “verdadera” estrategia de contenidos, para qué sirve y qué beneficios se pueden obtener de ella.

En definitiva, desconocimiento total del tema, con unos cuantos prejuicios necios (hola el de “ya hacemos contenidos para SEO”).

Sin embargo, sentar las bases de una estrategia de contenidos para tu empresa no es para nada esotérico, no es tan difícil y es accesible para todos, siempre y cuando estés dispuesto a dedicarle un poco de tiempo (y/o presupuesto).

Objetivo: Ir a lo más simple para empezar rápido a crear cosas, y cosas simpáticas además.

Siempre faltará algunos pasos en la definición de tus pilares editoriales, por ejemplo, pero de eso te puedes ocupar más adelante, cuando ya hayas puesto unos cuantos ladrillos y hayas iniciado una pequeña rutina de contenidos.

Porque “hecho” siempre es mejor que perfecto.

Porque lo más importante en todo esto… es poner el pie al estribo.

Pequeño manual para dejar de publicar pésimos artículos SEO en tu blog

Lo curioso es que esas mismas empresas que no han definido una estrategia de contenidos tienden a…

Acumular artículos SEO pésimos en el blog de su sitio web.

Ya sabes… ¡esos artículos de SEO esteroidales a las keywords!

Sí, supongo que un blog no es más que una máquina a generar tráfico masivo como un atunero (spoiler: no), y todo eso desde la llegada de Santo Google y la subordinación del contenido textual al SEO.

¿Pero sabes qué?

Estamos en 2022 y es hora de dar una oportunidad al contenido un poco diferente.

Sí, por increíble que parezca, es posible utilizar tu blog de una manera diferente, sobre todo para trabajar tu marca, en lugar de utilizarlo como un tapete sucio en el que tus visitantes se limpian los pies cuando llegan a tu sitio.

(E incluso si el trabajo está bien hecho, seguirás subiendo orgánicamente)

Algunas de las cosas que puedes publicar:

  • Estudios de caso;
  • Tutoriales ;
  • Guías;
  • Noticias reales relacionadas con tu negocio;
  • Testimonios de clientes satisfechos;
  • Mensajes cortos sobre tu vida diaria, mostrando cómo trabajas;
  • O incluso retratos de tus colaboradores.

Hoy, tus clientes quieren honestidad y transparencia, así que es hora de ponerse manos a la obra.

Deja de escribir “simple”, escribe “denso”.

Ya que estamos, como regalo extra, desmontamos un “consejo” que las plumas neófitas cacarean a todo pulmón en LinkedIn:

¡Si quieres que alguien te entienda, escribe SIMPLE, como un niño!

¿Eh, What?

Porque lo más importante no es escribir “simple” o “corto”, sino…

Denso.

En otras palabras, entregar el máximo que se pueda con un mínimo de palabras – y esto se aplica en todas partes, a poca gente le gusta hoy en día la verborrea de tres kilómetros, incluso en la literatura.

Te ahorro los daños colaterales de esta afirmación fulminante: el empobrecimiento general del estilo, el riesgo de no acertar con tu objetivo, tomar a tu internauta por una criatura apenas más evolucionado que un organismo protozoario…

Sí, increíble pero cierto: el internauta no es un mono hiperactivo ávido de contenidos cortos de 5 palabras.

La prueba es que acabas de devorar este contenido. (Drop the mic)

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