El arte de revisar tus contenidos antes de publicar

Algunos contenidos se publican de un tirón. Otros se publican después de haber madurado y haber sido revisados por su autor. Finalmente, algunos contenidos necesitan ser revisados por un tercero.

Este corrector suele ser un colega o un compañero, y hay una buena manera de pedir la revisión si no queremos hacerle perder su tiempo ni perder el nuestro.

Al pedir simplemente revisar el contenido sin dar más detalles, existe el riesgo de recibir opiniones o sugerencias que no son útiles: una propuesta para cambiar el enfoque, detalles sobre una expresión, un comentario sobre la forma…

Frustraciones, malentendidos, sensación de perder el tiempo – de ambos lados… lo que debía ser un valor añadido al contenido puede volverse en contra. Y ese no es el objetivo buscado.

Sin embargo, todos estos comentarios son interesantes. Pero no en todas las situaciones. Así que corresponde a quien pide una revisión especificar claramente lo que desea.con un solo objetivo: más calidad.

El primer paso es la revisión de fondo

Ya tienes una idea genial y la has plasmado en papel (bueno en la pantalla). Ahora, ¿qué sigue? Antes de preocuparte por si tu ortografía está perfecta, necesitas asegurarte de que tus ideas principales son claras y están bien organizadas.

¿Qué revisar en esta etapa?

  • Las grandes ideas: ¿Están claras? ¿Son relevantes?
  • Estructura: ¿Tiene sentido el orden de los temas?
  • Argumentación: ¿Tus argumentos son lógicos y están bien construidos?

Lo importante aquí es no perderse en los detalles. No te preocupes por la presentación o el estilo aún, eso viene después.

¡Haz que brille con la revisión de estilo!

Una vez que tu contenido tiene una base sólida, es hora de hacerlo brillar. Aquí es donde te concentras en cómo suena y se siente tu texto.

¿Qué revisar en esta etapa?

  • Fluidez: ¿El texto se lee bien? ¿Es agradable de leer?
  • Composición: ¿Los párrafos y las frases están bien construidos?
  • Ritmo: ¿Mantiene el interés del lector?

En esta fase, evita cambiar las ideas principales. Concéntrate en cómo se presenta el contenido, no en lo que dice.

Pulir hasta brillar con la revisión de detalles:

Finalmente, llegamos a los toques finales. Este es el momento de ponerte el sombrero de detective y buscar cualquier error pequeño que pueda haberse colado.

¿Qué revisar en esta etapa?

  • Ortografía y gramática: Busca esos pequeños errores que siempre se escapan.
  • Precisión de datos: Verifica nombres, cifras y citas.

Este es el momento de ser minucioso. Ya no estás cambiando el contenido, solo asegurándote de que todo esté perfecto.

Pedir y realizar revisiones no tiene por qué ser un dolor de cabeza. Siguiendo estos pasos y especificando claramente qué tipo de feedback necesitas, puedes mejorar la calidad de tu contenido y evitar frustraciones. Así que la próxima vez que necesites una revisión, ¡asegúrate de tener esta guía a mano!

PS: ¡Espero no haber cometido ningún error en este post! Voy a pedir una revisión al sobrino de mi vecina 😉