Actualmente, una gran parte de los SEO son autodidactas. Se han formado ellos mismos, yo el primero.
Para conseguirlo, todos hemos utilizado varios medios: libros, conferencias, artículos, tutoriales, en la web y, por supuesto, para algunos, realizar sus propios tests (PD: éste es el mejor método para aprender). Es importante saber que cuando lees o escuchas a otro SEO, adquieres lo que comparte contigo. Cuando tú mismo transmites habilidades, intentamos transmitir nuestros conocimientos y nuestras convicciones lo mejor que podemos (como aquí, en este sitio, o con los artículos que publico en Octopus o en Marketing4ecommerce).
Pero hay un problema real: no compartimos bien nuestras experiencias, o no compartimos las que deberíamos.
Veamos por qué lo hacemos mal, y por qué debemos tomar siempre con pinzas todo lo que nos dicen y leemos.
Lo que compartes no siempre es acertado
El nivel de conocimientos de los aprendientes
Éste es el primer punto de bloqueo: el nivel de conocimientos de las personas a las que vas a transmitir información no siempre es suficiente. Algunos serán principiantes, otros tendrán mucha experiencia. La misma información se entenderá de forma diferente según el nivel inicial de las personas. Y, por desgracia, esto puede dar lugar a una incapacidad para aprender las habilidades que se transmiten o, en el peor de los casos, a un malentendido (y esto es habitual…).
Cuando se trata de formación profesional, es el rol del formador garantizar el nivel mínimo necesario para que los conocimientos se asimilen correctamente y sean útiles.
Pero cuando compartes en un libro, en Internet o en las redes sociales, no puedes estar seguro del nivel de las personas que te leerán y escucharán.
Esto nos lleva a un problema sencillo: el sesgo cognitivo de la maldición del conocimiento. Su principio es sencillo: este sesgo de aprendizaje y transmisión surge cuando una persona (inconscientemente) asume que los demás tienen más o menos los mismos conocimientos para comprender, incluidas las habilidades annexas necesarias. Un formador, un autor o un bloguero debe intentar siempre simplificar y volver a lo básico para transmitir sus conocimientos (es lo que intento hacer todos los días).
Mi consejo => siempre debes ser capaz de simplificar, reformular o resumir cualquier concepto, independientemente de con quién estés hablando. Si no lo haces, corres el riesgo de que no te entiendan bien.
La palabra escrita es menos poderosa que la palabra hablada
En segundo lugar, la comunicación oral suele ser más fácil, ya que puedes reformular a voluntad (y reaccionar en tiempo real a las reacciones de los interlocutores). Del mismo modo, es más fácil mostrar físicamente un concepto, una metodología o una herramienta que tener la explicación escrita “haz clic aquí, luego haz clic en…”. Por eso, por ejemplo, un curso práctico siempre será más eficaz que leer un tutorial.
Pero la verdadera fuerza de la comunicación oral es la interacción humana: ver las caras de las personas te permite ver inmediatamente si te entienden, y así poder modular la forma en que explicas un concepto. En resumen, algunos formatos son más potentes para el aprendizaje: Cara a cara > Videoconferencia > Vídeo > Audio > Texto (ten en cuenta que esto no es exacto para todo el mundo).
Esto me recuerda mucho a este visual sobre cómo hacer que un alumno integre conocimientos (la oralidad y la práctica son dos factores clave):

Notas:
No tomes las cifras dadas al pie de la letra, son órdenes de magnitud (y además, cada alumno es diferente);
Mi consejo => Cuando escribas, intenta siempre simplificar las explicaciones para que pueda entenderlas y utilizarlas el mayor número de personas. En la medida de lo posible, acompaña cada escrito con una comunicación oral, en vídeo o cara a cara.
Falta de recursos (humanos y financieros)
Este es un aspecto que puede tener un gran impacto. Si vas a transmitir tus conocimientos, ya sea en SEO, WordPress o cualquier otro tema, siempre debes asegurarte de un punto clave: ¿la persona que va a aprender será capaz de aplicar o poner en práctica los distintos consejos? Porque, por desgracia, a menudo se necesita tiempo y dinero para poner en práctica determinadas acciones.
En otras palabras, podemos darte los mejores consejos del mundo, pero no sirve de nada si no somos capaces de aplicarlos. Por ejemplo, durante nuestras auditorías en Octopus, intentamos en la medida de lo posible adaptar nuestras estrategias y recomendaciones a los medios de nuestros clientes. Por tanto, cada curso de formación, cada vídeo, cada tutorial debe intentar respetar este principio: no “sobrecargar” de información y consejos si no se pueden aplicar.
Mi consejo => Si es posible, asegúrate del potencial del participante, incluido su presupuesto y el tiempo que puede dedicar a poner en práctica las recomendaciones.
Una utilización sin comprender los conceptos
Otra problemática de la transmisión de conocimientos en SEO (o en otras materias) es su uso. Algunas personas tienden a aplicar tal cual cualquier recomendación que se les da. Esto plantea innumerables problemas:
Se puede haber entendido mal;
El aprendiz puede no tener los conocimientos técnicos iniciales necesarios;
Esto no se aplica a nuestro caso personal;
La persona que comparte puede estar equivocada;
Puede que no haya matizado suficientemente sus palabras;
Puede que te mientan voluntaria o involuntariamente (es el caso, en particular, de ciertos anuncios de Google sobre lo que tendría o no un impacto real en el posicionamiento);
No tienes los medios para aplicar plenamente los distintos conceptos (ver el punto anterior).
Compartes los elementos equivocados
Depende…
Las problemáticas anteriores se centran en la persona que aprende. Ahora veamos por qué a veces se cuestiona a la persona que transmite sus conocimientos de SEO. Porque donde surge el verdadero problema de la transmisión de conocimientos es en todos los prejuicios y malos hábitos a los que se enfrentan los formadores. Esta es la razón por la que la profesión de SEO está tan confusa y por la que encontramos de todo y su contrario en determinados temas.
TODOS tenemos una visión sesgada de nuestro trabajo, debido a nuestras habilidades, nuestras experiencias y nuestro entorno laboral. Podemos estar realmente convencidos de un concepto y, sin embargo, estar equivocados. Pongamos algunos ejemplos del mundo SEO, algunos de los cuales son ciertos, otros falsos y el resto hay que matizarlos con más o menos fuerza:
Las redes sociales mejoran el SEO;
Un sitio HTTPS es esencial para el SEO;
Puedes posicionarte sin enlaces;
Necesitas 500 palabras para ser visible;
El tiempo de carga de una página web es un factor determinante para la visibilidad;
El diseño responsivo es obligatorio para aparecer en Google;
Los nombres de dominio con una palabra clave (“Exact Mach Domain”) pueden provocar una penalización;
etc.
Si preguntas a varios SEO, seguro que tendrán opiniones diferentes sobre todas las afirmaciones anteriores. Esto se debe a múltiples sesgos cognitivos, de los que la siguiente es una lista no exhaustiva:
El efecto Dunning_Kruger
Este sesgo cognitivo es bastante sencillo de explicar: quienes están menos cualificados en un campo pueden tender a sobrestimar sus habilidades. Suele asociarse al concepto de ultracrepidarianismo, es decir, al hecho de que tendemos a opinar sobre cosas en las que no tenemos los conocimientos necesarios (todos teníamos expertos en virología en nuestro círculo durante la epidemia de COVID). En el mundo del SEO, esto suele ser así: pensamos que…, creemos que…, nos han dicho que…, Google ha anunciado que…
Para entender mejor este concepto, este vídeo habla muy bien de ello:
VIDEO
La superioridad ilusoria
Otro sesgo cognitivo que afecta a la transferencia de conocimientos es la superioridad ilusoria, que se produce cuando un individuo sobrestima sus propias cualidades y capacidades, en comparación con las mismas cualidades y capacidades de otras personas.
Esto es bastante común entre los SEO con varios años de experiencia (y que, en consecuencia, a veces se sienten “superiores”) a los principiantes. Y, sin embargo, estos últimos pueden tener mucha razón o aportar un verdadero valor añadido a un problema determinado. Ten en cuenta que nadie tiene conocimientos innatos.
Los sesgos de percepción
Empecemos por la percepción selectiva. Se trata de la tendencia a interpretar de manera selectiva lo que observamos (según distintos criterios: nuestras situaciones, nuestras experiencias, nuestras propias opiniones, etc.). En SEO, todos tendemos a hacerlo. Por ejemplo, puedo estar convencido de que los enlaces internos son eficaces para dar peso a una página (SPOILER ALERT, lo son). Entonces haré algunas pruebas en este sentido. Si los resultados son buenos, se confirmará mi opinión inicial y, entonces, la percepción selectiva que pueda tener de esta técnica. Sin embargo, es muy posible que el cambio de visibilidad que observaré tenga otro origen.